viernes, 10 de febrero de 2017

EL AGUJERO DE LOS DONUTS



Aunque les pese a los estadounidenses uno de sus bollos más populares, el mundialmente conocido donuts, no es un invento suyo sino que proviene del Viejo Continente, es decir de Europa. Hemos de remontarnos al siglo XVII cuando apareció por primera vez en los hornos de la ciudad de Nueva Ámsterdam, o sea la actual Nueva York, con el nombre holandés de olykoek (que significa bizcocho aceitoso). A estas alturas de la historia este dulce todavía no tenía agujero. Pero en el siglo XIX una mujer llamada Elizabeth Gregory confeccionó uno de estos dulces para su hijo, que era capitán de un barco que transportaba especias, poniéndole canela, y nuez moscada, ralladura de limón, y una nuez o avellana en el centro, que precisamente era la parte que se cocía menos. A esta nueva variante la llamó doughnut (doguh significa “masa” y nut “fruto seco” o “nuez”). Con lo que se conservaba mejor en los viajes a diferentes partes del mundo.

Aun así este dulce todavía no tenía agujero. Fue precisamente su propio hijo, Hanson, al que se le ocurrió en 1847, durante una de sus travesías, hacerle un agujero en el centro. Cuenta la tradición que lo hizo cuando clavó un doughnut a uno de los radios del timón de su barco porque así podía comérselo a bocados a la vez que utilizar las dos manos para navegar. Pero tiempo después aclaró que en verdad el agujero se lo hizo al clavar o poner un pimentero en el centro del dulce. De esta manera se solucionaba a la vez el problema de cocción.

¿Y cuándo se hizo popular en todo el mundo? Pues hemos de remontarnos en el tiempo, hasta la Primera Guerra Mundial. Parece ser que cuando los americanos entraron en liza en 1917 muchos regimientos se llevaron a mujeres para que prepararan a los soldados comidas típicas de su hogar y, claro está, no faltaron una buena ración de dougnouts sin agujero. Muy pronto los soldados, a los que se llamó familiarmente doughboys, quedaron enganchados a  este dulce y cuando volvieron a sus hogares demandaron que se los hicieran. Así pues nada más terminar la guerra se crearon empresas que empezaron a comercializar los famosos  donuts que conocemos en la actualidad.