martes, 19 de abril de 2016

BREVE HISTORIA DE CERVANTES - José Miguel Cabañas



La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.

Hablar de Cervantes, de don Miguel de Cervantes Saavedra (1547 – 1616), no es hablar solo de una hombre en sí, ni de un escritor en particular. Hablar del creador de la mayor obra literaria de la Historia, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, es recordar a un personaje de mil caras y cientos de pasiones, a la vez que rememorar en su cansado mirar toda una época mítica en donde la letra y la honra se defendían a punta de espada. Pero más llama la atención que al igual que William Shakespeare, sea en muchos casos desconocido no solo para los no iniciados en el mundo cervantino, sino que incluso algunos puntos de su existencia todavía sean motivo de disputa entre los historiadores y literatos más encumbrados del momento. Y es que a lo mejor es ahí donde se encuentra la belleza de aquel hombre que combatió en aquella batalla que fue, para él, “la mayor ocasión que vieron los siglos”.  Un hombre tan gigantesco que no es, ni será, posible abarcarlo en su totalidad aunque se aplicaran en su estudio toda clase de disciplinas. Es por ello que a lo largo de los siglos hayan aparecido cientos de biografías, escritas desde distintos tipos de vista, que nos muestra como fue su vagar épico por aquella España Imperial y cuáles fueron los sueños literarios que imprimió en sus libros, sobre todo en aquel que fue sin duda alguna la iniciadora de la novela moderna. Por tanto nos hemos de preparar ya para la enorme cantidad de libros cervantinos que van a inundar nuestras librerías en este año del Cuarto Centenario de la muerte de Cervantes. Pero mientras hacemos copia de remembranzas quijotiles, quisiera traerles a su biblioteca privada una nueva biografía del magnífico manco de Lepanto que últimamente me ha sorprendido por lo ameno de su lectura. Se trata de Breve Historia de Cervantes, escrito por el historiador José Miguel Cabañas, y editado por Nowtilus en este año tan especial. (Continua)



A primera vista, si hojeamos meramente por encima este ensayo vemos que es una biografía canónica de Cervantes, pero si leemos con tranquilidad desde el principio, nos daremos cuenta poco a poco que ésta tiene algo que nos atrae, ya que acopla perfectamente al biografiado con el entorno que le tocó vivir. Cervantes, por tanto, no es un ser externo a su realidad sino que esa misma es la que influyó sobremanera en sus escritos. Nuestro buen literato nació en una época de claroscuros, en una barroca Europa donde los tambores y pífanos de los invictos tercios viejos marcaban el ritmo de la política emprendida por Carlos V y Felipe II. Las guerras intermitentes con los turcos en aquel patio trasero del contiene europeo, es decir el Mediterráneo, y las resonantes victorias en San Quintín o las vergonzosas en las Alpujarras, todas ellas aderezadas con espíritu trentino, fueron los primeros aldabonazos que resonaron en la conciencia del joven Miguel. La vida de Cervantes no fue un paseo de rosas, ni vino regalada por el destino, pues ya desde muy pequeño vio que las dificultades venían prendidas desde su propia familia: padre y abuelo perseguidos por la justicia en un hogar errante por culpa de la mala cabeza de estos.

Cuando llega la juventud sus primeros escritos le llevan a Roma y se convierte en secretario del cardenal Acquaviva, pero las pendencias típicas de la época, resueltas en un brillo de acero, y la llamada de Marte hace que se embarque en una de las mayores aventuras hispanas de todos los tiempos: la Batalla de Lepanto. Ni la fiebre ni los dolores le impiden defender el esquife que se le encomienda y a pesar de que una herida le imposibilita el brazo de por vida se bate como un auténtico león frente a las cimitarras otomanas. Pero a pesar de convertirse en un héroe de la contienda, y creer que a lo mejor su futuro está en el servicio armado, la Fortuna que es tan voluble le da la espalda y su nave es apresada acabando con sus huesos en los duros Baños de Argel. Allí pasa unos años duros, alternando intentos continuos de fuga con estancias prolongadas entre muros de vergüenza. La ansiada libertad no llega, pues su familia, aunque revuelve Roma con Santiago para encontrarle dineros que le rediman, no es rica y debido a ello su estancia se perpetúa más que las de otros pisaverdes. Alrededor de 1580 vuelve a casa y tras situarse de nuevo en España empieza una nueva aventura, la de escribir a la vez que convertirse en comisario de abastos en Andalucía con la intención de suministrar víveres a la infausta Armada Invencible. Pero como siempre que le ocurre algo interesante, una estrella negra le visita, Cervantes es acusado de malversación y es encerrado en la cárcel de Sevilla, pena que curiosamente será uno de los mayores acicates para construir el personaje literario más famoso de la Historia: Don Quijote de la Mancha. A su salida en 1605 saca a la imprenta su primera parte, y se zambulla a la vez en el universo literario de una Edad de Oro que nunca ha sido revalidada por nadie. Sus rivalidades con el Fénix de los Ingenios, Lope de Vega y el acicate del otro Quijote, el de Avellaneda, hace que un año antes de su muerte la imprenta vuelva a sacar la Segunda Parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Ya nadie discute que es el mejor escritor de su tiempo, ni siquiera sus detractores, y es por eso que su muerte en 1616 es sentida por todos.

Esta es, a grandes rasgos, la gran epopeya de un hombre al que parecía que la continua mala suerte se cebaba en su ser cada vez que conseguía asentar su alma, pero a lo mejor es esa estrella negra que antes les mencionaba la que tal vez acicateaba al bueno de don Miguel a escribir su gran obra. Quizás si hubiera tenido una vida regalada puede que nos hubiéramos quedado sin conocer a aquel loco de la Mancha. Así que después de leer esta nueva biografía, escrita por José Miguel Cabañas he de dictaminar que la ideal para paladear este centenario cervantino pues reúne en sus páginas los ingredientes necesarios para disfrutarlo: acercamiento a aquella dorada época imperial, vivencias y aventuras de Cervantes y una visión de sus escritos muy acertados. Pardiez que les recomiendo su lectura pues conocerán no solo aquel que fundó la novela moderna,  sino que también supo ver como nadie las interioridades del ser español.