domingo, 27 de diciembre de 2015

LA GUERRA DE LAS NARANJAS



En 1801 el entonces poderoso Napoleón, señor de casi toda Europa,  solicitó, o más bien ordenó, a la corona española que en virtud de los tratados pactados con Francia, atacara a Portugal pues estos  seguían ofreciendo sus puertos y comerciando con Inglaterra a pesar de sus continuas advertencias. Así pues en mayo de ese año España invadió el reino de Portugal como castigo a su rebeldía. La guerra duró muy poco, unos dieciocho días, y las tropas españolas encontraron poco resistencia ocupando de esta manera distintas ciudades y pueblos casi sin pegar un tiro. El 6 de Junio se firmó el Tratado de Badajoz en el que se devolvían casi todos los lugares ocupados (menos Olivenza y Vila Real) a la vez que se fijaba una nueva frontera entre ambos reinos. Entonces, ¿por qué se la llamó Guerra de las Naranjas? Pues debido a que cuando los soldados españoles entraron en la ciudad de Elvas arrancaron una rama bien cuajada de naranjas y se la entregaron al entonces valido de Carlos IV, Manuel Godoy. Acto seguido éste mando enviarlas a Madrid para que fueran entregadas a la reina María Luisa de Parma como símbolo de que había obtenido la victoria frente a las tropas lusa. Claro está, en cuanto se supo este hecho rápidamente comenzaron aparecer sátiras y chanzas de sus oponentes políticos y del mismo pueblo aludiendo a los supuestos amores existentes entre el valido y la reina frente a las mismas narices de su propio marido el rey.