jueves, 20 de agosto de 2015

EL DEBIDO RESPETO A LA MUERTE



Se dice que la reina Isabel la Católica tenía una curiosa costumbre: cuando pasaba al lado de un cadalso u horca, se paraba a su lado y lo saludaba con respeto. Un día uno de sus consejeros le pregunto por qué lo hacía, pues aquel lugar era de muerte. La reina le contestó: “Caballeros, de muerte no, de justicia, sobre todo, cuando el lugar está cuidado y atendido por hombres buenos y justos”. Llama la atención que tiempo después, su nieto, Carlos V, tuviera la costumbre de persignarse y quitarse el sombre delante de algún reo ahorcado. De nuevo, alguien le preguntó por qué lo hacía, y de la misma manera que su abuela, el emperador le contesto: “Por respeto a la Justicia”.