lunes, 3 de noviembre de 2014

DANZAD, DANZAD, MALDITOS



Los médicos desde la Edad Media y hasta el siglo XIX creyeron que el llamado tarantismo era sencillamente una enfermedad producida por la picadura de una tarántula que se adueñaba del cuerpo humano produciendo en el paciente un estado tal histeria que no paraba de retorcerse sobre si mismo. A este mal lo llamaron así debido a que en la ciudad de Tarento (Italia) inventaron un curioso sistema para curar esta enfermedad consistente en un baile frenético (la tarantela) que el paciente debía ejercitar durante horas. En España los médicos, en cambio, recomendaban otro tipo de bailes como el fandango o las seguidillas. Cuando veían que el paciente caía rendido, apagaban la música y los galenos aprovechaban para relajar el cuerpo mediante una serie de ungüentos. Aunque debido a esta práctica mucha gente perdió la vida en este baile mortal.

Actualmente se sabe que el tarantismo es una enfermedad psicológica que nada tiene que ver con las tarántulas, y que mayoritariamente está producida por un estado de histeria convulsiva. Un ejemplo de tarantismo asociado con el baile lo encontramos en 1374 en la aldea alemana de Aachen. Allí se reunieron una muchedumbre de lugareños que sin previo aviso se pusieron a danzar de manera alocada, todos a la vez. No pararon de saltar y brincar hasta caer exhaustos y contusionados.