viernes, 18 de abril de 2014

¿QUÉ ERA UN NOMÉNCLATOR?



Según la Wikipedia, un nomenclátor: es un catálogo de nombres geográficos, el cual, en conjunto con un mapa, constituye una importante referencia sobre lugares y sus nombres. Pero aunque actualmente es así, en su origen un nomenclátor significaba otra cosa bien distinta. En Roma, sobre todo para los grandes personajes de las elites, era muy importante tanto ser reconocido como saber el nombre de todas las personas con las que se cruzaba en el Foro o en alguna fiesta organizada por un patricio. Como recordar todas las caras era algo casi imposible era típico que los hombres influyentes fueran acompañados de un esclavo llamado Nomenclátor, el cual tenía que saberse todos los nombres para después susurrárselos a su señor para que de este modo no cayera en un renuncio ((incluso en las fiestas o reuniones les chivaban en qué triclinium debía tumbarse). Pero si un nomenclátor no se acordaba o se equivocaba en cuanto volviera al hogar era castigado duramente por su amo. Por ejemplo el emperador Augusto era muy exigente con éstos y se lamentaba continuamente de que su nomenclátor personal era muy malo recordando nombres. Según cuenta Macrobio en sus Saturnales una vez que su esclavo iba al Foro le llamó y le dijo lo siguiente:

Lleva esta carta de recomendación, pues allí no conoces a nadie.

Aun así, también se sabe de romanos que no necesitaban de este tipo de esclavos ya que tenían una memoria prodigiosa. Catón el Menor era muy respetado porque recordaba todos los nombres, al igual que uno de los Escisiones e incluso el emperador Adriano que continuamente corregía a sus nomenclátores diciéndoles que con que una sola vez que le dijeran el nombre del invitado él ya se acordaba de por vida. La carrera “profesional” de este tipo de esclavos dependía de su buena memoria. Como nota irónica Séneca se quejaba de los nomenclátores seniles que con el paso del tiempo olvidaban las caras y se inventaban los nombres que le decían a su amo durante las fiestas.