viernes, 27 de septiembre de 2013

HISTORIAS DE SÍBARIS



Desde el siglo VIII a.C las ciudades de la Magna Grecia, al Sur de la península itálica, gozaron de gran prosperidad y brillaron en el campo cultural y económico de manera especial. Ciudades como Posideonia, Siracusa, Crotona o Síbaris, por ejemplo, destacaron por encima de otras ciudades del entorno, e incluso de las de la propia Grecia. Pero fue esta última, Síbaris, la que más fama se llevó dejando recuerdo inmortal en los historiadores, tanto que incluso creyeron que los ciudadanos de esta ciudad pasaban el tiempo en interminables banquetes y fiestas sin fin rodeados de lujo exorbitante.

Muchas leyendas y curiosidades fueron las que envolvieron a esta ciudad. Algunas de ellas se pusieron de moda, y era normal contarlas en las fiestas para diversión de los concurrentes. Todas estas habladurías incluso crearon en el siglo V a.C un género literario conocido como las Historias de Sibaritas en donde se recogían todo tipo de chismorreos que protagonizaban los habitantes de Síbaris. Por ejemplo se habla de que los sibaritas dormían sobre colchones confeccionados con pétalos de rosas, y que no descansaban bien si alguno de ellos que se había arrugado un poco. También se dice que una vez un habitante de la ciudad le contó a otro que mientras paseaba por el campo vio a un campesino arando el campo. El otro le ordenó enseguida que se callara pues con solo oírlo ya estaba cansado. Y así cientos de historias, inverosímiles la mayoría, que servían de diversión en los banquetes.

En cambio otras curiosidades rozan la verosimilitud, como por ejemplo que para que los ciudadanos no sufrieran estrés y pudieran dormir mejor estaba prohibido hacer cualquier tipo de ruido, por lo que los carpinteros y herreros tenían sus talleres fuera de la ciudad. E incluso se prohibió la existencia de los gallos. Además también se sabe que nunca competían en las Olimpiadas ni hacían ejercicio físico, pues si vivían en la abundancia ¿por qué no contratar deportistas profesionales como entretenimiento?

Pero fue la riqueza y refinamiento de Síbaris lo que llevó a esta ciudad a su perdición. Hacía el 510 a.C entró en guerra con una ciudad vecina, Crotona, y pronto tuvieron que encontrarse en campo abierto. El legendario atleta Milón de Crotona estaba al frente de las tropas, pero aunque éstas parecían más pobres, su dirigente sabía cual era el talón de Aquiles de los caballos sibaritas. Éstos habían sido entrenados con música de flauta pues a los de Síbaris les gustaba ver a sus caballos hacer cabriolas al ritmo de la música. Pues bien, este capricho les iba a costar caro ya que los de Crotona, al ver que se acercaba la caballería enemiga, en vez de aguantar con la lanza en ristre sacaron flautas y se pusieron a tocar una melodía. Los caballos, en cuanto oyeron la música, se pusieron a bailar y a derribar a los jinetes provocando el pánico en las filas de los de Síbaris. Evidentemente perdieron la batalla. La molicie y el lujo acabó con aquella cultura tan increíble.