martes, 27 de agosto de 2013

EL PASO HONROSO



En 1434 un valiente caballero llamado Suero de Quiñones tuvo la osadía de proponerle al rey Juan II de Castilla, que en esos momentos estaba en el Castillo de la Mota (Medina del Campo, Valladolid), una prueba increíble. Arrodillándose a los pies del monarca le rogó que le permitiera hacer un torneo muy especial, en el cual él lucharía contra todos los caballeros del reino junto al puente del Hospital de Órbigo, y aquel adalid que se negara a batirse con él tendría que tirar al suelo un guante en prueba de su cobardía estando también obligado a vadear el puente si seguía queriendo pasar al otro lado. Este torneo duraría un mes, y nuestro valiente caballero estaría obligado cada jueves a llevar una argolla metálica para demostrar el amor que sentía por la sin par Doña Leonor Tovar.

El rey le preguntó que por qué deseaba hacer tal demostración de fuerzas, y ante los asombrados asistentes Suero de Quiñones dijo que lo hacía porque quería liberarse de la argolla que llevaba y de este modo dar las gracias a Dios para posteriormente peregrinar a Santiago. Al monarca le encantó la idea y enseguida le dijo a sus heraldos que recorriesen su reino para que cualquier valiente caballero que decidiera ir a Santiago estuviera obligado a pasar por el puente del Hospital de Órbigo. El 10 de Julio de 1434 comenzaron a llegar contrincantes al lugar y no pararon de batirse con Suero de Quiñones hasta el 9 de Agosto día en el que fue herido. Sólo descansó un día, el 25 de Agosto, festividad de Santiago Apóstol. Según la tradición durante aquel mes hubo solamente una muerte, la de caballero catalán Asbert  de Claramun quien recibió un lanzazo en el ojo que le atravesó el cerebro. La Iglesia prohibió enterrarle en tierra sagrada.

Al día siguiente ya repuesto de sus heridas, cumplió lo prometido y abandonó el puente para dirigirse emprender con su  escudero y amigos el Camino de Santiago. En cuanto llegó allí depositó junto al santo la argolla la cual llevaba una cinta azul en la que ponía:

Si no os place corresponderme
En verdad que no hay dicha para mí.

Actualmente esta gargantilla de oro la lleva puesta una imagen de Santiago alrededor de su cuello dentro del relicario del Apóstol.