lunes, 21 de enero de 2013

LAS NOTAS MUSICALES



Podemos considerar al monje benedictino, Guido de Arezzo (992 – 1050) como uno de los padres principales de la música. Este teórico musical destacó en la Escuela Catedralicia de Arezzo por sus enseñanzas en el arte vocal y por escribir un tratado esencial en la historia de la música conocido como Micrologus de disciplina artis musicae. Mientras confeccionaba esta obra Guido se dio cuenta de que la mayoría de sus alumnos tenían dificultad para aprender el canto gregoriano por lo que pensó en crear un método sencillo para que aprendieran sin ninguna dificultad. En primer lugar inventó el tetragrama (pauta musical de 4 líneas horizontales) que fue precursora posteriormente de el pentagrama griego de 5 líneas. Posteriormente se le atribuye la creación de las notas musicales. En la Edad Media se utilizaban las primeras letras del alfabeto, A, B, C, D… para llamar a las notas, pero Guido, partiendo de un conocido Himno a San Juan Bautista, atribuido a Pablo el Diacono, en el que cada frase musical tenía una nota más alta que otra, decidió sustituirlas por la primera silaba del poema y así identificarla fácilmente. Por tanto las notas musicales quedarían de la siguiente manera:

Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Iohannes

A este sistema de entonación tan sencillo que incluso se podía seguir con los dedos de la mano (Mano Guidoniana) lo llamó Solminasación, y posteriormente Solfeo. En un principio la nota Do se denominaba UT, pero en el siglo XVII Giovanni Battista Doni sustituyó esta primera nota por Do ya que al terminar en vocal se adaptaba mejor al canto.